lunes, 28 de enero de 2008

Cuentos para no dormir

El síndome de la Cabeza Explosiva)

Miedo a dormir, preocupado por si me estalla la cabeza.
El olor de las sábanas, viciado, quizás corrompido. Aborrecer mi propio olor, porque huele pesado, demasiado familiar. Estudiar la oscuridad de cuando cierras los ojos. La falsa y curiosa oscuridad, de tantos colores y formas. Perderme en ese vertiginoso caleidoscopio... (...) buscando no perder el hilo, dejarme llevar sin miedos, buscar la calma para después poder recordar(te). La imagen de ti en mis sueños. La imagen que quiero de ti, que no eres tú, que tampoco soy yo. Obviar el miedo a que no seas nadie... A quedarme solo, o quizás a comprobar que siempre lo he estado y que siempre lo estaré.
Inventar juegos de palabras, falsas excusas, para que el beso sin ganas parezca real...
Dis... fra... zar la realidad para dejar de temblar, para que cese el zumbido, los latidos que gritan, contundentes, que anuncian la muerte inminente de algo fugaz... La presión en el tórax, algo invisible. Unas manos sin unhas, las cuencas de mis ojos, la articulación de mi rodilla, el sonido que hacen mis párpados en el movimiento involuntario de la fase REM del sueño, el estampado de mis sábanas son cuadraditos de colores son los mismos de cuando tenía nueve años y tenía los mismos miedos de ahora. De cuando me levantaba a media noche, medio dormido, medio inconsciente y andaba hasta la sala de estar, movimiento automático, todo estaba a oscuras, pero mis ojos (sin párpados) se habían acostumbrado y era en blanco y negro, porque no había luz.
Y allí (aquí) en ese extraño y enrarecido limbo me encontraba, no un ser humano, no un cuerpo, no unas sensaciones: El viaje astral doméstico, no hacia fuera sino hacia dentro, esa extraña oscuridad... Lo que yo era (soy) son millones de puntitos de colores, la fuerza bruta de la mente que eleva a la máxima potencia un 'sí', un 'cómo estás', un eco de lo que se supone que es mi nombre y estalla en mi 'cara'. Yo no estoy allí, estoy durmiendo en mi cama... Por qué qué? Qué por qué, qué por qué qué qué por qué?!

Si hemos de andar solos, a ciegas, apuesto por seccionar pequeños trozos de mi, y lanzarlos por el camino, por si alguien quiere o puede, seguir la pista.
Se aceptan apuestas: ¿Cuan lejos se puede llegar antes de quedarse sin nada?

(aplausos)

jueves, 24 de enero de 2008

Día 1

Cómo sobrevivir al primer día de colegio)


De las maneras de empezar barajadas, no me ha convencido ninguna.
Es enero de un año nuevo (todavía) y la posibilidad de utilizar como catarsis estas hojas en blanco me ha parecido tentadora. Ha contribuido también el hecho de que sean números redondos y tan significativos -frío enero- como el 1.
Pienso en la cantidad de círculos abiertos, empezados sin cerrar y en la cantidad de círculos viciados. Esto es, encontrate olvidando ciertos buenos propósitos (de año nuevo, por ejemplo) y cayendo de nuevo en hábitos poco saludables (aquí no voy a poner paréntesis, las primeras impresiones son importantes).
Lo que quiero decir, es que no busco ningún propósito más allá del inmediato. Explsar demonios que quedan bonitos serigrafíados en papel, sacar la belleza de lo feo y todas esas ambigüedades tediosas de las que estamos todos hartos. Relativizar sin caer en la apatía. Esto es olvidarse de que 'todo da lo mismo' y tomar partido, quizás para mover cosas.
No hay que olvidar que todo carece (y rebosa) de sentido. Que todo lo que diga (y piense y escriba y leas y creas y odies...) nunca tendrá o dejará de tener razón -porque, yeah, todo es relativo-, pero un caminito intrínsico dibujado al pasar a través de todas las caras largas de indiferencia, de todos los libros de autoayuda, de Einstein, Proust, o de la gente que lleva(mos) la ambigüedad y la relatividad por bandera, puede crear, después, un bonito dibujo, que quedaría precioso enmarcado y colgado en la cabecera de mi cama.

Dando por sentado de que se trata de un ejercício poco útil cuyos frutos pueden ser tirados al suelo y ser meados por cualquiera despés, 'tomemos partido!' y tracemos bonitas y estúpidas líneas de opiniones efímeras de las cuales podamos avergonzarnos después.

Si has leído hasta aquí, BIENVENIDO A MI BLOG y espero que pasemos juntos muchas veladas.
Un beso desde la ciudad.